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La Iglesia Memorial al Kaiser Guillermo I (La Muela Picada)

La Iglesia Memorial al Kaiser Guillermo I (La Muela Picada)

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La Iglesia de la Memoria: "Levantada de entre las ruinas y con la vista puesta en el futuro"

Poner los dos primeros versos del himno alemán oriental como subtítulo de un post dedicado a un símbolo religioso de Berlín Occidental, es seguramente osado. Pero el mundo es de los valientes y lo hago porque me parece que esta cita describe muy bien en palabras, lo que la Iglesia de la Memoria significa en arquitectura.

Si continúas leyendo entenderás el por qué de mi afirmación, aunque ya te adelanto que la Iglesia Memorial al Emperador Guillermo I (Kaiser Wilhelm Gedaechtniskirche) es uno de los puntos que no debes dejar de ver en Berlín.

LA MUELA PICADA, EL LAPIZ LABIAL Y LA POLVORERA

Una de las «habilidades» que tienen los guías turísticos en todo el mundo es crear y popularizar leyendas urbanas. Una especialidad de algunos guías locales  (de algunos malos guías, por cierto)  es atribuir a los berlineses la tendencia a darle apodos a sus edificios. 

Así fue que, sin que ningún berlinés la llamase así en los años 50, la torre de la Iglesia a la Memoria del Emperador Guillermo I, acabó llamándose «La Muela Picada». Y lo mismo vale también para sus vecinas modernas; salvo en los buses turísticos hop on hop off ,  en esta ciudad nadie llama Lápiz labial o Polvorera a ningún edificio.

De hecho, yo me enteré de tales denominaciones el primer día en que empecé a trabajar en un grupo de guías turísticos. Hasta aquél entonces, había conocido la edificación emblemática de la zona del zoológico con el nombre de Gedaechnisskirche  o «Iglesia de la Memoria», que es como los berlineses la llamamos desde siempre.

La iglesia fue construida originalmente en la década de los 90 del siglo XIX.  Fue destruida durante un bombardeo británico en 1943 y en los años cincuenta su ruina fue convertida en parte de una edificación nueva. La iglesia nueva y la ruina fueron el símbolo de Berlín occidental quizá más importante durante la Guerra Fría.

UN PAÍS DE 20 AÑOS LLENO DE OPTIMISMO

En la década de los 90s del siglo XIX Alemania estaba viviendo una ola nacionalista. El país se encaminaba a celebrar los 20 años de su fundación. La economía crecía y el  Kaiser Wilhelm II, quería convertir a Berlín en la ciudad más importante del mundo. 

Pero no solo Berlín fue presa del  afán de progreso, embellecimiento y algo de fanfarronería. En la vecina Charlottenburg tampoco querían quedar atrás. En consecuencia, como parte del programa de renovación urbana se decidió construir un templo de excepcional belleza. Se eligió a tales efectos una zona que había sido recientemente urbanizada. La zona se llamaba «el nuevo occidente» y rodeaba al mítico zoológico berlinés. 

El Kaiser y la orgullosa burguesía de esta ciudad de industriales y comerciantes,  decidieron financiar un edificio que tendría la misión de conmemorar a Wilhelm I.

UNA IGLESIA PARA MOSTRAR LA RIQUEZA Y HONRAR A UN REY

En su momento la «Kaiser Willhem Gedaechnisskirche»  fue la iglesia más alta de la ciudad y con certeza una de las más ricamente decoradas

Más de 2000 metros cuadrados de mosaicos inspirados en el arte bizantino la adornaban. Su exterior era neorománico  y su torre tenía 113 m . A su alrededor estaba una de las zonas más elegantes y modernas de ese entonces.

La Gedaechnisskirche fue motivo de envidia de los berlineses. Vieron como en la vecina Charlottenburg se había construido una iglesia digna de una capital. Para los ciudadanos de Charlottenburg la iglesia de la memoria era por la misma razón un motivo de orgullo. Pero ese entusiasmo y orgullo no durarían mucho. 

Las ambiciones del Kaiser y su poca fortuna para la política internacional conducirían a Alemania a la Primera Guerra Mundial. De ahí a la Segunda Guerra quedaba poco. En los años 40 Berlín y, lo que desde 1924 era uno de sus barrios, Charlottenburg, serían destruidos.

LAS BOMBAS DE NOVIEMBRE DE 1943: LA RUINA

Berlín había quedado relativamente a salvo de los bombardeos en los primeros años de la guerra. El occidente alemán, en especial la región industrial del Ruhr había sido la zona más atacada. 

En 1943 las cosas cambiaron y Berlín comenzó a sufrir ataques más frecuentes y más duros. En noviembre de 1943 le tocó arder a la Iglesia de la Memoria. Durante un bombardeo británico se incendió y como producto del fuego cayeron la torre y el techo. El orgullo del barrio quedo hecho un montón de piedras.

Las autoridades nazis prometieron la reconstrucción de la magnífica iglesia que no tenía ni 50 años. No sabemos si lo hicieron de buena fe o sólo por propaganda. Lo que si sabemos es que no pudieron cumplir su palabra. 

Quienes los sucedieron, primero los aliados y después el gobierno de Berlín Occidental, se plantearon reconstruir el templo pero lo descartaron porque, entre otras cosas, encarnaba como pocos símbolos el patrioterismo y la enemistad con Francia que habían traído tanto dolor al país.

Durante años se discutió que hacer en este espacio y en un principio se decidió construir una iglesia completamente nueva. La nueva iglesia no haría referencia al edificio destruido.

LA NUEVA IGLESIA:CÓMO MIRAR PARA ADELANTE Y NO OLVIDAR

El concurso arquitectónico lo ganó Egon Eirmann que decidió colaborar con un artista francés (Gabriel Loire) para hacer los cristales del nuevo edificio. Pero los defensores de la idea de conservar el edificio original lucharon para hacerse oír; un periodista sugirió una solución intermedia, que finalmente se impuso. 

La iglesia de Eiermann  fue construida, pero la ruina de la torre principal del edificio original se dejó en pie para convertirla en advertencia para las generaciones futuras sobre los peligros y horrores de la guerra.

La nueva iglesia actual está compuesta por cuatro edificaciones independientes entre sí. Una es el campanario, otra la capilla, otra la ruina que alberga un lugar de reflexión y una exposición sobre la historia del templo y finalmente el octágono que alberga la iglesia misma. 

Al ingresar a la iglesia nueva se puede ver la obra en cristal de Loire y sumergirse en una luz azul. Además del efecto óptico se puede destacar la figura del Cristo. Se trata de un Cristo resucitado, con los rasgos de un hombre mayor y construido con un material con el que antes se hacían las balas.

LA RUINA: CASI UNA ESCULTURA PARA RECORDAR LA GUERRA

La ruina de la Iglesia original es la que a primera vista más llama la atención del conjunto. La torre que tuvo 113m es hoy de tan solo 71m, pero sigue dominando el conjunto. De su imponente interior tan solo queda un fragmento. 

El mosaico con los retratos de los miembros de la familia imperial y sus antepasados que decora el techo del vestíbulo es lo único de los 2000 metros originales de mosaicos.  

El espacio esta además decorado con relieves en mármol que muestran escenas de la vida del Emperador honrado con la construcción y en el piso una hermosa figura del arcángel Miguel venciendo a un dragón.

Todo esto fue recuperado recién en la década de los 80 para los 750 años de Berlín. Es desde entonces que uno puede ingresar a la que en su momento fue la iglesia más rica de Charlottenburg. 

En esta área se ora regularmente por la paz en el mundo. Se lo hace frente a la figura del Cristo del altar original, a una cruz ortodoxa y a una cruz de Coventry

El contraste entre los espacios nuevos y la ruina es, creo yo, muy berlinés. Es uno de mis lugares preferidos en Berlín porque combina una mirada optimista hacia el futuro, con una mirada crítica al pasado.

CÓMO LLEGAR A LA IGLESIA DE LA MEMORIA

En metro: líneas U9 y U1 estación Kurfuerstenstr y U2, S7, S5 estación Zoologischer Garten.

En autobús: líneas 100 y 200 Parada Breitscheidplatz.

A pié: desde el KaDeWe, desde el Zoológico y con un poco de entusiasmo (y fatiga) desde la Columna de la Victoria.

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