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Unter den linden en Berlin.

Unter den Linden. Bajo los tilos por Berlín

Unter den Linden. Bajo los tilos por Berlín

Unter den linden en Berlin. ,

¡Unter den Linden, Unter den Linden, lo paseo que da gusto!

“Mientras en Unter den Linden, los viejos árboles florezcan, nada podrá superarnos. ¡Berlín sigue siendo Berlín!”

Afirma una canción escrita en 1949. Los berlineses querían, cantándola, recuperar su entusiasmo y la esperanza. Pensar con una melodía en las épocas en las que Marlene Dietrich -la mítica actriz berlinesa- cantaba  “Unter den Linden, Unter den Linden, lo paseo que da gusto“ y sentir que la belleza de antaño y los visitantes volverían.

Y así fue. Hoy millones de personas del mundo entero recorren estos 1.500 metros de historia. Buscan los vestigios de la avenida por la que hoy, otra vez a los turistas “de diversos países, los ves por ahí pasear, de París, de Roma o de Madrid e incluso alguno de Berlín“.

Los tiempos son otros. Unter den LindenBajo los Tilos – ya no es la avenida majestuosa que llegó a ser, pero algo queda. El mito sigue ahí, pero hace mucho que nadie le compone canciones. 

Yo mismo, que vivo hace 25 años en Berlín, lo recorro cómo guía con frecuencia. Como berlinés, prácticamente nunca. Pero un tour por Berlín tiene que incluir estos 1500 metros, porque sin ellos mucho se hace inexplicable.

Unter den linden en Berlin.

UNTER DEN LINDEN EN LA POSGUERRA. LAS RUINAS BAJO LOS TILOS

«Entramos directamente a la “Unter den Linden”, la gran avenida bajo los tilos, considerada en otra época como una de las más hermosas del mundo. Ahora solo quedan troncos de columnas ahumadas, portales en el vacío, cimientos cuarteados por el musgo y la hierba. Ni un solo metro cuadrado ha sido reconstruido.»

Gabriel García Márquez describía así su ingreso a Berlín Oriental unos años antes de que se construyese el muro de Berlín. Berlín era «un disparate» para el joven periodista colombiano.

Si volviese hoy a recorrer la ciudad, probablemente Unter den Linden lo sorprendería. No porque la belleza que se le atribuía a principios del siglo 20, haya vuelto, sino porque de los destrozos de la guerra ya no quedan huellas. Los tilos han vuelto a crecer y en primavera el olor de sus flores le da un toque especial a la avenida.

Unter den Linden ya no es la vitrina de la tragedia de la guerra, sino el paseo principal de los turistas en Berlín. En eso sí, Bajo los Tilos ha vuelto a ser lo que fue antes de que Berlín fuese bombardeado. Los Berlineses ya no tenemos muchas razones para recorrer la avenida más emblemática de nuestra ciudad, pero si recibimos visitas, los llevamos a pasear por Unter den Linden.

UN LUGAR EMBLEMÁTICO: UNTER DEN LINDEN

Todas las grandes ciudades tienen sus avenidas y calles emblemáticas. Esos lugares que quienes visitan una urbe por primera consideran estaciones obligadas. Unter den Linden es uno de esos lugares, un lugar por el que transcurre nuestro Tour Berlín Indispensable.

Bajo los Tilos no nos lo pone fácil, porque el siglo 20 la dejó algo desangelada. El único ángel que le queda está montado en una cuadriga y parece estar listo para recorrerla. Es Victoria y decora la Puerta de Brandeburgo.

En la otra punta del recorrido está Federico el Grande montado en su caballo y avanzando hacía la el Palacio Real que, después de 50 años de ausencia, está allí otra vez.

Unter den Linden comienza en el Spree, cuando uno deja a sus espaldas la Isla de los Museos. Termina un kilómetro y medio después, en la Puerta de Brandemburgo.

Entre el Puente del Palacio, decorado por esculturas de inspiración griega, y el monumento dedicado a Federico II, Unter den Linden solo tiene Tilos en el nombre.

Originalmente este espacio que hoy es de los más bellos de la avenida, no era parte de Unter den Linden. Los nazis la alargaron hasta el Spree porque querían que fuera  más grande.

Hasta la Segunda Guerra Mundial, Bajo los Tilos eran 1,5 kilómetros de esplendor. Hoy las cosas son distintas. Toneladas de bombas en los años 1940s, la planificación urbana comunista y una reconstrucción tras la reunificación que pensó mucho en los inversores y poco en la belleza, hicieron lo suyo. 

Hoy Unter den Linden tiene detalles muy bonitos, pero con seguridad ya no es una de las avenidas más bellas del mundo.

El comienzo de la avenida Unter den Linden.

BAJO LOS TILOS: AL PRINCIPIO TODO ES GRANDEZA

Si la recorremos en dirección a la Puerta de Brandemburgo, el principio es muy prometedor. Tras dejar el Lustgarten en la Isla de los Museos a nuestras espaldas y pasar el bello puente del palacio (Schlossbrücke), nos encontramos con la reconstrucción de una serie de edificios. Si avanzamos de Este (Alexanderplatz) a Oeste (Columna de la Victoria) y vemos primero a la derecha y luego a la izquierda veremos:

  • Zeugenhaus: este edificio alberga el Museo de Historia Alemana. Fue concebido originalmente a finales del siglo 17 como arsenal y después transformado en espacio de celebración de la gloria militar prusiana.

  • Kommandantur: Una reconstrucción reciente (2003) que albergó en su momento la comandancia militar de Berlín.

  • La Nueva Guardia: Un edificio concebido por el arquitecto berlinés más importante del siglo 19: Schinkel. Hoy es un monumento a las víctimas de las Guerras Mundiales y el Totalitarismo.

  • Kronprinzenpalais: El Palacio del Príncipe heredero fue construido en el siglo 18, utilizado como museo de arte moderno tras la caída de la monarquía y destruido por la guerra. Esta edificación color palo de rosa fue reconstruida durante la época comunista para albergar la casa de huéspedes del ayuntamiento. Aquí se firmó el tratado de unificación entre la República Democrática Alemana y la República Federal Alemana.

  • La Universidad Humboldt: Este edificio concebido originalmente para albergar un palacio, fue donado por la familia real a principios del siglo 19 para la creación de una universidad. Hoy es el edificio central de una de las tres grandes universidades públicas de la capital de Alemania.

  • La Ópera Estatal: La sede de la orquesta sinfónica más antigua de Berlín (Staatskapelle) es hoy una de las tres casas de ópera de Berlín. Este edificio, a diferencia de los anteriores, tiene un interior inspirado en el modelo histórico original.

  • La Biblioteca Estatal Prusiana: El edificio antiguo de esta institución berlinesa alberga hoy la facultad de derecho de la universidad Humboldt. Se encuentra sobre la Bebelplatz frente a la Staatsoper y los berlineses le llaman la cómoda. El edificio nuevo (que entre tanto es el viejo, pues la biblioteca tiene una segunda sede moderna en Berlín occidental) está al lado de la universidad y ocupa todo un bloque. Es una de las bibliotecas más importantes del mundo. El edificio de Unter den Linden fue construido hace más de 100 años y reinaugurado el 2021.

ENTRE LA FRIEDRICHSTRASSE Y LA PUERTA DE BRANDEBURGO

Al llegar al cruce con la Friedrichstrasse, que en su día fue el cruce más caótico del Berlín de los años 20, el carácter de la avenida cambia. Lo monumental queda atrás y es reemplazado por una combinación de arquitectura socialista, edificios recientes de belleza moderada y alguna fachada histórica.

En el primer bloque nos encontramos a la izquierda con edificaciones de la era socialista. Al frente, alguna fachada histórica deja adivinar lo que se perdió con las bombas. Las edificaciones socialistas son un hotel -en su momento el único hotel 5 estrellas de Berlín Oriental- y las oficinas administrativas de la Ópera Cómica de Berlín.

Si bien la arquitectura aquí no nos seduce, es en estos metros donde hay más posibilidades de pasar y dejar pasar el tiempo. Algunos comercios y restaurantes invitan, entre la Friedrichstraße y la Wilhelmstrasse, a sentarse y ver a otros pasear.

Lo que los ciudadanos de la República Democrática Alemana llamaban “El callejón sin salida más representativo del mundo“ pasa todavía por la embajada de la Federación Rusa que es un ejemplo magnífico de arquitectura estalinista. Al frente se encontraban las embajadas de algunos países “hermanos socialistas“ entre los que destaca Polonia.

En la era socialista era recomendable, desde la perspectiva de los gobernantes, que en estos últimos metros antes de llegar a la Puerta de Brandeburgo, en la Plaza de París, estuviesen instituciones “amigas”.

La Puerta, en ese entonces, era parte de la frontera con Berlín Occidental y estaba en medio de la franja de la muerte del Muro de Berlín, por lo tanto el final no solo de una avenida, sino de un país y de un sistema político.

En la Puerta de Brandemburgo se termina el paseo más conocido de Berlín. O quizás para muchos allí comience. Unter den Linden es un paseo de nunca acabar.

UN LUGAR QUE VISITAR: UNTER DEN LINDEN EN BERLÍN

Napoleón, Hitler, Stalin recorrieron Unter den Linden y los berlineses los saludaron con más o menos entusiasmo. Pero mucho más importantes que estos señores y sus delirios de grandeza siempre fueron los berlineses y quienes nos vinieron a visitar. Parafraseando lo que se cantaba hace décadas:

Unter den Linden, Unter den Linden

aquí pasean los berlineses

y si te quieres conectar

por aquí – con nosotros- tienes que pasear

cuando llegues a la primera esquina

te diremos

esta ciudad contigo es divina

y cuando llegues a la Plaza de París

te diremos aquí se puede ser feliz.

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